¿Es el destino un asunto inevitable? ¿Es nuestro destino un asunto heredado por generaciones/ por familias? ¿Hay o no destino? ¿Por qué lo inventamos los hombres y las mujeres como concepto? Esta pieza lanza estos cuestionamientos, a partir de su personaje principal, y demanda además varios retos artísticos en la construcción actoral por las características particulares que el personaje tiene, como el Trastorno Obsesivo Compulsivo y el Trastorno Bipolar tipo 2 que padece.
Este monólogo es un homenaje al teatro, pero, sobre todo, a la valentía que cada uno de nosotros podemos encontrar en el acto de decidir atravesar el miedo y trascenderlo.